Los Pearlman en el Munal
La exposición Diálogos de Vanguardia, que se exhibe en el Museo Nacional de Arte, está constituida por nueve obras de la colección de arte impresionista y posimpresionista de los esposos Henry y Rose Pearlman, actualmente en comodato en el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, y ocho pinturas de artistas mexicanos de mediados del siglo XIX y XX.
En un mano a mano los pintores europeos Camille Pissarro (Antillas Francesas, 1830-1903); Édouard Manet (Francia, 1832-1883); Edgar Degas (Francia, 1834-1917); Alfred Sisley (Francia, 1839-1899); Paul Cézanne (Francia, 1839-1906); Pierre-Auguste Renoir (Francia, 1841-1919); Vincent Van Gogh (Países Bajos, 1853-1890); Henri de Toulouse-Lautrec (Francia, 1864-1901); y, Amedeo Modigliani (Italia, 1884-1920), encuentran su correlato con cada uno de los mexicanos: Félix Parra (Michoacán, México, 1845-1919); Joaquín Clausell (Campeche, México, 1866-1935); Germán Gedovius (Ciudad de México, México, 1867-1937); Gerardo Murillo, Doctor Atl, Jalisco, México, 1875-1964); José Clemente Orozco (Jalisco, México, 1883-1949); Roberto Montenegro (Jalisco, México, 1885-1968); Diego Rivera (Guanajuato, México, 1886-1957) y Manuel Rodríguez Lozano (Ciudad de México, México, 1896-1971).
La exposición está dispuesta por pares, de tal manera que el espectador puede apreciar los puntos de encuentro entre los pintores europeos y los mexicanos. El paisaje con flores y árboles titulado Loma verde de Joaquín Clausell aparece junto a Vista de río de Alfred Sisley. Los bodegones de Roberto Montenegro y Camille Pissarro, ambos titulados Naturaleza muerta, muestran el socorrido tema con estilos totalmente distintos. El poderoso paisaje del Dr. Atl, titulado La nube, preparado con los colores fabricados por él mismo (los atl-color) no desmerece en nada, al contrario, junto a Monte Sainte-Victoire de Paul Cézanne, hecho con la técnica de las pinceladas paralelas conocida como trazo constructivo. Con imaginativo atrevimiento, se yuxtaponen las obras de José Clemente Orozco, La recámara, y Mesalina de Toulousse-Lautrec, cuya similitud se encuentra en la temática prostibular recurrente en ambos pintores. A continuación, Desnudo de mujer sentada, de Manuel Rodríguez Lozano, y Después del baño, de Degas, sorprenden por el parecido de su composición y también por las diferencias en la definición de sus trazos y el ambiente ahí representado. Con casi exacta simultaneidad Félix Parra y Édouard Manet pintaron de manera extraordinariamente parecida Dama en balcón y Joven con sombrero redondo. Finalmente, para terminar dejando al espectador con gran deseo de que ese recorrido se prolongara, Germán Gedovius y Renoir extasían la vista del espectador con sus lienzos titulados Desnudo barroco y Desnudo en un paisaje, respectivamente.
El ejercicio comparativo de observación va entusiasmando más y más en la medida en que se descubre el criterio del curador de la exposición, capaz de reunir con criterios estéticos, temáticos y estilísticos los trabajos de los artistas cuyas magníficas obras se presentan en esta pequeña pero muy disfrutable exposición.
La exposición se abrió el pasado 12 de septiembre en el primer piso del Museo Nacional de Arte, ubicado en Tacuba Núm. 8, Centro Histórico de la Ciudad de México, y permanecerá abierta hasta el 12 de enero de 2025.